Todos somos diferentes, según nuestras experiencias de vida, tardamos más o menos tiempo en recuperarnos, algunos hemos atravesado duelos, cambios repentinos para lo que no estábamos preparados de afrontar o cosas que no hemos deseado para nuestras vidas, otros habrán tenido que afrontar decepciones o pérdidas de cualquier índole y la forma como iniciamos vivir nuestro proceso, es sin duda algo muy personal.
Muchas veces invertimos energía sintiéndonos mal o simplemente tratando mil formas de evitar ese dolor.
A veces somos muy exigentes con nosotros mismos cuando nos damos cuenta que vivimos enganchados a una situación que nos genera dolor, angustia, sufrimiento, culpándonos incluso hasta por cosas que no están bajo nuestra responsabilidad y mientras mayor sea la resistencia en pasar a la siguiente etapa del proceso, mayor será la persistencia… por que recuerda que: lo que más evitamos, más lo atraemos a nuestras vidas.
Y en ese proceso del día a día, en esa lucha constante con nosotros mismos, es donde nos culpamos, nos criticamos, incluso herimos nuestro amor propio por alguna situación que no logramos vivirla de manera deseada.
Debemos recordar que es justo el momento donde más amorosos con nosotros mismos debemos ser, tenernos paciencia, no juzgarnos y mucho menos compararnos con alguien que vivió una experiencia similar y que logró superarlo en menos tiempo, debemos permitirnos afrontar esa vivencia a nuestro ritmo, con derecho a cometer errores, pero sobre todo con amor propio, respeto, paciencia, recordando que somos el Ser más importante de nuestra vida.
Para intentar sanar, no necesitas acelerar tu proceso, hacer como que no existe dolor, al contrario, debemos aceptar esa emoción del momento, para no dañarnos más en el proceso, para lograr el cambio deseado, inyectándonos energía y ganas de bienestar, que sirvan para seguir avanzando y creando otra realidad.
Que el ritmo de nuestras vidas, que el recuperarnos sea marcado por el amor incondicional, por ese amor perfecto-eterno para nosotros mismos.
Por: Magli García
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